-“El paso del viento”. Raúl Minsburg
- “Paisajes ocultos”. Raúl Minsburg
- “H: Castillo. P. 20”. De Castillo de Damas. Dolores Serrano Cueto
- Miniaturas nº1. “Danza de la pampa”, para piano. Javier Jacinto
-“That scream called Silence”. Piano Concerto. Eduardo Soutullo
- Lied para piano y soprano sobre letra de G. A. Becquer. Rafael M. Garrigós
- “Berceus opus 96”. Serge Mühle
- Sonata “l’Arrabasada” Opus 173. Serge Mühle
-“I+D” Música para piano y electrónica. Iñaki Estrada Torío
-“Dolores y Providencia” V. Cerdá
Comentario analítico
El comienzo de la obra es tremendamente efectista, ya que busca crear una envolvente atmósfera a través de los carillones y un xilófono, que acompañan a la cuerda en todo momento.
Empieza el movimiento con un pianissimo de la orquesta sin el piano, con las cuerdas haciendo armonías mediante notas largas, armónicos y ritmo de cinquillos. Por encima de estas armonías destaca el vibráfono y diferentes acordes de arpa. Los vientos, en este comienzo, tienen un papel poco importante, tan solo de armonías, al igual que las cuerdas. Este inicio te sitúa en un clima de incertidumbre bastante peculiar.
Poco a poco va creciendo de intensidad, y van apareciendo más vientos, con el protagonismo de las trompetas, que llegan hasta un forte, en el cual cesan de sonar. Esto ocurre en el segundo 48’’ del vídeo. Aquí aparecen las cuerdas (especialmente los violines) con sus melodías. Unas melodías, de difícil comprensión, aunque de un interesante atractivo.
Después de este periodo de tiempo, correspondiente a una de las partes de esta obra, se produce un cambio en las dinámicas, y la composición va en aumento, subiendo en intensidad rítmica y melódica por parte de la cuerda y las trompetas hasta llegar a una melodía más pausada por parte de los violines primeros, acompañada por una inquietante percusión que retoma la situación inicial.
La melodía va creciendo en intensidad, con vientos y percusión apareciendo cada vez más fuerte. Las cuerdas pasan a hacer una especie de trémolos, y el punto más alto ocurre con un solo de las tres trompetas, protagonistas durante toda la obra, tanto armónica como melódicamente, así como siempre presentes en el colorido sonoro de la obra.
El solo, finaliza con un golpe de la “gran caja”. Las cuerdas continúan con su especie de trémolos, mientras que las trompas, y de nuevo las trompetas vuelven a tener solos, ésta vez con la orquesta más fuerte, con las cuerdas en esos trémolos y con unos arpegios ascendentes.
Otro golpe de percusión finaliza con esta tensión, y deja a las cuerdas con armonías, y es cuando entra el piano con unas notas repetidas y arpegios. Esta entrada ocurre en el minuto 1’35’’ del vídeo. Aparece por fin el instrumento protagonista de esta composición, es decir, el piano, el cual realiza una melodía bastante contrapuntística con fuertes cambios de dinámica y expresividad.
Unos acordes en sforzando de los violines interrumpen este primer solo del piano, para después ser retomado el mismo tema por el piano. El tema del piano y estos acordes de las cuerdas se van a repetir más veces.
En el minuto 2’17’’, el piano abandona este tema para hacer unos fuertes acordes y una serie de temas nuevos, con la orquesta de acompañante. Poco a poco, los violines van apareciendo cada vez má por debajo del piano, con melodías tomadas de su primera aparición (minuto 0’50), hasta que se quedan solos de nuevo con este tema, esta vez en una tesitura más aguda.
Los vientos aquí hacen de acompañantes, hasta que las trompetas vuelven a aparecer, esta vez más tímidamente, con su solo.
Cuando finaliza el solo de trompetas, vuelve a entrar el piano con arpegios partidos y temas que ya tocó anteriormente, con las cuerdas con esa especie de trémolos y los vientos acompañando, dando colorido sonoro a la obra, al igual que hacen el arpa o el vibráfono durante toda la obra.
La tercera parte del movimiento, se corresponde ya a un diálogo continuo in crescendo entre el piano y la orquesta, hasta que termina de manera suspensiva por parte del viento, que contesta la frase que pronunció con anterioridad el piano.
El tema del piano crece en intensidad, retomando temas ya expuestos anteriormente, así como los trémolos de las cuerdas van aumentando la tensión, y cada vez se unen más vientos realizando escalas y efectos por detrás del piano.
Las trompetas vuelven a tener su solo, manteniendo la última nota hasta el final. Durante esta última nota (penúltimo compás de la obra), las cuerdas siguen con sus acompañamientos, cada vez con más tensión, los vientos- madera, y el arpa realizan unas rapidísimas escalas descendentes y ascendentes, la percusión tiene unos fuertes acordes, así como el piano tiene unos rápidos arpegios ascendentes y descendentes.
Todo ello nos lleva a la última nota, en fortísimo, una nota seca que finaliza con casi toda la orquesta. Un final, la verdad, algo inesperado, parece que la música quiere seguir adelante. De hecho, el público tarda en aplaudir, sin saber si ha finalizado del todo o no.
El movimiento final e inicial, es el que viene impreso en la partitura (A’). Como ya se ha mencionado, es representativo del lenguaje armónico, y de la orquestación del resto de la obra.
En la partitura no aparece ni tonalidad, ni compás, hasta el compás 24, en el que se señala 4/4. La obra se desarrolla en un único movimiento donde se emplea una plantilla de maderas. Con tres o cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, percusión, arpa y cuerdas.
Comienza con un inicio suave con toques de crótalos y la cuerda con notas largas. Haciendo efectos señalados en la partitura por el compositor , como por ejemplo la carencia de vibrato en las cuerdas.
Prosigue con reguladores que se cierran y abren, y van a más constantemente. Además se crea cada vez más tensión. La llegada de la mayor tensión se lleva a cabo por medio de los vientos metal, trompetas principalmente, y matiz forte y acentos.
Después de la segunda tensión se relaja un poco la música, y entra el piano por segunda vez. Su función parece más rítmica que melódica, ya que usa muchas veces la misma nota y hace un efecto de que está percutiendo el piano en vez de cantar melódicamente.
Mientras suena el instrumento solista, el resto de la orquesta lleva su propio rumbo y su papel sigue siendo el mismo que cuando no estaba el piano, ya que desarrolla una interpretación individual que complementa al piano en partes muy precisas.
Los violines por medio de trémolos casi constantes, otorgan el ritmo a la obra. Sigue sonando sin tanta tensión pero con ella hasta la última entrada del piano; En la que los violines retoman figuraciones del principio y la percusión desencadena junto con el piano y el resto de la orquesta la parte más importante, llevando el concierto al clímax de todos los instrumentos.
Cuando se llega a la máxima tensión, terminan todos los instrumentos en una corchea con una función rítmica, y así finaliza el concierto para piano.
El título de esta obra hace alusión a una verso del poema “Even Song”, del médico, poeta y humorista norteamericano Oliver Wendell Holmes (1809- 1894). Médico y escritor estadounidense. Profesor de anatomía y psicología en la Universidad de Harvard, es autor de diversos tratados científicos, poesías elegíacas y novelas; aunque se le conoce sobre todo por sus “charlas” en prosa, donde aborda cuestiones de crítica y moral.
Algunas frases célebres de este autor:
“Toda lengua es un templo en el que está encerrada el alma del que habla”
“Aquello que sale del corazón, lleva el matiz y el calor de su lugar de origen”
“El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones”
“Lo que está delante de nosotros y lo que está detrás es poco importante comparado con lo que reside en nuestro interior”
“All the echoes listen
But in vain
They hear no answering strain”
En cuanto a gustos cinéfilos, no le agrada demasiado el cine de Woody Allen, a excepción de la película titulada “Match Point”. Visto este último comentario acerca de la película, tengo la sensación de que una de las preocupaciones de este autor es el devenir del tiempo, la fugacidad del espacio, y los giros que puede darte la vida cuando menos lo esperas.
El Impresionismo musical es un movimiento surgido a finales del siglo XIX, sobre todo en la música francesa, con la necesidad de los compositores de probar nuevas combinaciones de instrumentos para conseguir una mayor riqueza tímbrica.
En el impresionismo musical se da mucha importancia a los timbres, con los que se consigue diferentes efectos. También se caracteriza porque los tiempos no son lineales sino que se ejecutan en sucesión de impresiones. Se relaciona de esta manera con el Impresionismo pictórico, que conseguía las imágenes mediante pequeñas pinceladas de color.
Dos de los principales compositores de este movimiento son Claude Debussy, y Maurice Ravel. El impresionismo acentúa el color tímbrico y el humor, en vez de estructuras formales, tales como la sonata y la sinfonía.
El Expresionismo otorgó mucha importancia a la música, ligada estrechamente al arte sobre todo en el grupo “Der Blau Reiter”. Para estos artistas, el arte es comunicación entre individuos, por medio del alma, sin necesidad de un elemento externo.
El artista ha de ser creador de signos, sin la mediación de un lenguaje. La música expresionista, siguiendo el espíritu de las vanguardias, pretendía desligar la música de los fenómenos objetivos externos, siendo instrumento únicamente de la actividad creadora del compositor, y reflejando principalmente su estado anímico, fuera de toda regla y toda convicción, tendiendo a la esquematización y a las construcciones lineales, en paralelo a la geometrización de las vanguardias pictóricas del momento.
La música expresionista buscó la creación de un nuevo lenguaje musical, liberando la música, sin tonalidad, dejando que las notas fluyan libremente, sin intervención del compositor.
¿Por qué hablamos de estas dos tendencias ahora?
Porque quizás (sólo quizás) sean las corrientes musicales a las que se puede asociar esta obra y este tipo de música.
Impresionismo por la gran variedad de colorido en la obra, por los ambientes que evoca… Y expresionismo por la angustia interior que también expresa.
A lo largo de este fragmento, el compositor va creando un clima de inestabilidad e inquietud bastante grande, y esas disonancias de los vientos (especialmente los solos de trompeta), cuerdas, arpa… parece que quieren expresar angustia, inquietud… Aunque esto es difícil de saber, sólo el mismo compositor sabrá que quiere expresar exactamente con su música.
De todas formas, no se puede decir que esta música pertenezca o tal o cual corriente, ya que en el siglo XXI, con la llamada liberación del arte, casi se puede decir que hay un estilo por compositor, cada uno tiene su propio estilo, y aunque se puedan asemejar a una y otra corriente no se puede afirmar tal cosa.
Julia Martín. Me ha parecido una composición muy interesante, plagada de impresiones sonoras distintas, y que buscan sorprender al oyente mediante la utilización de distintos recursos sonoros bastantes inquietantes.
El compositor crea una atmósfera de “silencio ruidoso”. La música aparece desde la nada, y se va interponiendo poco a poco al paso de los diferentes instrumentos de la orquesta.
Javier González. Si tuviera que comparar esta música con la de otro compositor, quizás lo haría, salvando las distancias, con la música de Maurice Ravel. Su música no es del todo impresionista (él mismo decía que no lo era), pero si que tiene un gran colorido timbríco, que quizás se pueda ver aquí.
De todas formas, esta música es más disonante, y de armonías y melodías más difícilmente entendibles que la de Ravel.
Vamos, que no creo que se pueda tomar del todo en serio esta comparación. Pero no hay duda, al menos para mí, de que se trata de una música muy bien elaborada y pensada, y que escuchándola una y otra vez, te vas dando cuenta de más cosas y la entiendes mejor.
Miguel Ángel Alonso. El estilo de la obra es claro, sobrio y muy percusivo para mi gusto. El compositor Soutullo se ha encargado muy bien de que instrumentos puramente melódicos como los instrumentos de cuerda o el piano, tengan una función rítmica. En cambio la percusión en este sentido, tiene partes en las que la marimba y cròtalos parece que quieren cantar la melodía, ya que su función no es puramente rítmica.
Mi conclusión final es muy positiva, ya que estoy muy agradecido al compositor por sus rápidas respuestas, y por sus aclaraciones, así como por la oportunidad de analizar su obra, enviándome la partitura.
En cuanto al concierto, me ha gustado, y cuánto más lo escucho, mejor. Tengo ganas ahora de escucharlo al completo.
La obra tiene un punto de vista paradójico, que es lo que más me ha llamado la atención. El uso, como comentaba antes, de instrumentos melódicos para acompañar e instrumentos más puramente rítmicos, cambiando los roles.
De esta forma y sin perder el carácter de la obra, Soutullo ha compuesto el concierto para piano, y ahora después de haberlo escuchado varias veces, considero que el título “concierto para piano” como si no fuese apropiado, como si fuese el piano el que acompaña a la orquesta (en un sentido figurado), ya que su papel aunque sí importante, es más bien corto. Pienso que para que el concierto fuese para piano, tendría que tener al menos, una cadencia final para dejarlo claro. Es una opinión personal, pero por lo demás me parece muy lleno de sentido y apreciable, lo que hace que me guste.
La obra va a ser publicada por una editorial, y cuando lo hagan, el compositor nos mandará una copia de la obra entera.
Gracias Eduardo!
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